jueves, agosto 04, 2005

Historias de bus y otros tours

bus El Bus iba lleno. En los primeros asientos, una distinguida señora hojeaba "Vivienda y decoración" y cuchicheaba con su estirada amiga. Detrás de ellas, dos niños jugaban y se reian de los ridiculos peinados que se asomaban adelante. A sus espaldas, una joven pareja intentaba dormir abrazados, él, respirandole en el cuello, ella con su brazo rodeandole su estomago. En el asiento posterior, una solitaria joven leia a Jhon Grishman y de vez en cuando levantaba la vista hacia la carretera. Detrás de ella, un obeso hombre - después de llegar del baño - abría por quinta vez en el viaje un paquete de papas fritas. El ruido de ese acto molestaba de sobremanera a un frustrado y derrotado vendedor que se encontraba a sus espaldas. En los asientos 24 y 25, dos monjas - con los dedos entrelazados - rezaban en un bajo murmullo. Detrás de ellas, y aunque era fin de semana, un terneado hombre vociferaba y cerraba negocios a través de su aparato celular. En el asiento posterior, un espigado joven - vestido totalmente de negro - golpeaba las palmas contra sus rodillas intentando llevar el ritmo de la música que del discman llegaba a sus oidos. Atrás de él, una mujer de mirada melancólica, miraba por el vidrio con el codo apoyado en el borde y su mentón sobre su palma. Con su otra mano acariciaba el asiento vacio que la acompañaba, deseando que estuviera el hombre que acababa de dejar. Atrás, una abuelita buscaba sus anteojos y ordenaba el inmenso diario, a su lado, su marido roncaba con la boca abierta de par en par. Y yo, sentado en el último asiento tuve que soportar, el nauseabundo olor a baño, que no me dejaba ni respirar.

10 comentarios:

AntOniA dijo...

Cada viaje es distinto, no?
Ya te tocará uno mas placentero...
Saludos Galo, cuidate mucho... nos vemos.

Fab Llanos dijo...

bueeeeeeeeeeeno! tambien tienen cosas buenas los ultimos asientos!. por ejemplo, que cuando venden bebidas, siempre estan por ahi, detrás de tu asiento (lo que no te deja tirarlo hacia atrás), y es cosa de estirar la mano, levantar la tapa de la "nevera" y sacar una bilz o fanta, la que te dé más sed. Lo otro es que nadie te verá u oirá si por esas latitudes, te encuentras a alguien casi desconocido y se te sube la bilisrrubina.... solo el candor de las mejillas (posterior) podría dar algun que otro indicio.
así que !VIVAN LOS ASIENTOS ULTIMOS, QUE AHI VIAJAN LOS QUE TIENEN MÁS CARACTER O MENOS VERGUENZA (O HAN PERDIDO EL OLFATO)!

Clayton, una vez fui pingüino dijo...

No es tan malo, piensa que si hubiera una colisión por alcanzamiento (choque por atrás) serías el primero en pasar al patio de los callados...

Pumba dijo...

ufff... que penca es sentarse cerca del baño...
claro, yo una vez iba sentado ahi y escuhe a una pareja "intercambiando fluidos"...
la verdad es que escuchamos todos y cuando salieron se llevaron un gran aplauso....
salu2

Voikot dijo...

Hola, llegué de rebote a tu blog y está bueno, me gustó tienes un estilo agudo e inteligente, los viajes hay que tratar de tomárselos con andina, si no... todo mal. Nos leemos

pseudoniñita. dijo...

Haha, qué acertado. Sucede muchas veces, es increíble la cantidad de gente distinta haciendo cosas muy distintas en un espacior reducido.

Saludos!

Louis Cyphre dijo...

Que lindo tu nombre

Unknown dijo...

suele pasar ah?

besos

pomelo dijo...

galobcito!!!!!! que viaje ese no?????
para la otra, sientate mas adelante y sigue viajando con los ojos bien abiertos como has hecho hasta ahora.
Me gusta pasearme por donde te paseas, ir conociendo el mundo que ves.
gracias por el comment, despues de leerlo por un brevisimo instante me senti libre. y ese es un tremendo regalo.
un besote!

Anónimo dijo...

En verdad algo me motivó a entrar
y mirá vos si no reconozco
yo esa imagen jajajajaja

Y tu texto igual que la imagen
una fusión de historias
que juntas no tienen coherencia
pero que por sí mismas
se convierten en laberintos
que interminablemente se cruzan
y no terminan, sino que permanecen
a lo mas estáticos en la historia,
en la historia de cada uno.

Un abrazo Galito... cuidate