lunes, abril 25, 2005

En la terraza.

La quiero, y mucho. Pero los celos me estan matando. No quiero dejar de escribir en esta bella tarde, la música, el viento que trae el canto moribundo de las gaviotas con un fondo de Miles Davis; el sol se esconde mientras tomo el último trago de café, prendo otro cigarro. Se me empieza a secar la boca. Una alarma, el sonido del mar, la música, el ruido de un teléfono sonando, todo lo puedo escuchar, mi mente esta más abierta y me he decidido a decirle la verdad, ya no puedo seguir cargandolo. un foco se prende, la llegada de la noche, el viento se pone mas helado... Ella no se percato de que el había entrado a la pieza, no alcanzó ni a cerrar el cuaderno, cuando siente un tirón en el brazo izquierdo. ¿Que haces?. Nada mi amor, disculpa, replicó ella. Una sombra aparece por su lado y en un segundo su cabeza rebota en el piso dejandola inconsiente. ... entro a mi habitación a buscar un polerón, vuelvo a la terraza al ritmo de "Bitches brew" de Miles. Me quiero fumar otro cigarro, pero no quiero dejar de escribir, si ella supiera... Sintió unos pasos acercándose, cerró el cuaderno con premura y lo guardó en el cajón. dio unos pasos atrás mientras el hacia su ingreso. le toco el brazo izquierdo, ella se dio vuelta con el temor en sus ojos, sus manos temblorosas se tensaron. él se vino encima y la abrazo junto con un afectuoso beso. ¿Que hacias mi amor?, vamos! el café está listo en la terraza. Se apresuró en abrirle la puerta del balcón, la mesa estaba puesta y los cafés esperando, prendió la musica y encendió un cigarro, mientras el foco de la calle comenzaba a operar anunciando la llegada de la noche... Ella abrió los ojos y su cabeza le dolia mucho, enfrente suyo estaba él con una taza en la mano y un cigarro en la boca. estaba mareada, perdida y paralizada. ¿que me pasó mi amor?. No hubo respuesta. En ese momento sintió la espesa sangre corriendo por la nuca. Con esfuerzo, miró a su derecha en donde se encontraba un fierro ensangrentado y el cuaderno ardiendo en llamas, lo último que escuchó fue el ritmo de la música y el persistente ruido de las gaviotas, y él, a su lado, aun no se terminaba su café ni su cigarro.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno Mister Sombrero Verde; Excelente, me gusto mucho... y bueno, claro el carrete del Leslinea fue justo antes de q me operaran, no he tenido muchas oportunidades pa salir desde entonces...
Pero relajao q ya me estoy poniendo al dia ;)

Quizas uno de estos dias su piscolita no seria malo ;) pa q me pongay al dia tu tb :P jejeje

Un beso cuidate :D

Unknown dijo...

Ah! y mira! ahora tengo blog tb :D

Anónimo dijo...

Qué historia!! tan suavecita que empieza.
Bueno, como tantas cosas...

pseudoniñita. dijo...

Wow, me gustó bastante. Si es creación auténticamente tuya, como creo, fe-li-ci-ta-cio-nes!